Un trabajo que entregue experiencia, otorgue visibilidad y provea capacitación fortaleciendo las habilidades requeridas por las empresas, permite efectivamente desarrollar el capital humano y entrega una mayor empleabilidad.
Por Sara Smok, Gerente General de Manpower Chile, presidenta Directorio AGEST.
Según una reciente publicación de la OCDE, el 30,5% de los trabajos formales en Chile corresponden a contratos temporales. La entidad recomienda adoptar medidas para corregir lo que considera “un abuso del empleo temporal”. Este sería un escenario, a juicio de la entidad, que precariza el trabajo, con menor inversión en el desarrollo de capital humano y con trabajadores menos protegidos, aspectos que redundarían en una menor productividad.
Ante tal afirmación, cabe hacer una distinción de lo que está detrás de dichas cifras. Según información de la propia OCDE, se considera trabajo temporal a toda forma de empleo que no se beneficia de un contrato permanente o indefinido. Por consiguiente, aplicándolo a nuestra realidad local, se incluiría a los trabajadores con contrato a plazo fijo, por obra y los denominados transitorios o de puesta a disposición.
Esta última modalidad de servicios transitorios se regula desde el año 2007 con la introducción de la ley 20.123. Este marco legal establece regulaciones en extremo restrictivas. las que incluyen, entre otras, limitaciones en los plazos máximos de contrato así como la existencia de causales específicas que sustenten el uso de esta modalidad.
A más de 7 años de vigencia de dichas regulaciones, los trabajadores que se encuentran con contrato de trabajo bajo dicho régimen no representan más allá del 1 %. Vale decir la gran masa de los contratos temporales no se encuentra dentro estas regulaciones y lo constituyen mayoritariamente aquellos de plazo fijo o por obra. En muchos países y particularmente en Chile, las EST entregan por ley una mayor protección y beneficios a sus trabajadores transitorios en comparación a los empleadores que lo contratan directamente.
Una buena gestión del trabajo transitorio redunda en ventajas para las distintas partes involucradas. Las empresas pueden enfrentar de mejor manera situaciones que requieren de una rápida respuesta y que afectan a su competitividad .Así también es una fuente para detectar talento, una de las grandes preocupaciones de las áreas de personas en las organizaciones.
Por su parte, para los trabajadores, es una oportunidad para incrementar su experiencia, desarrollar nuevas competencias, acceder a capacitación, hacerse visible frente a las empresas usuarias y EST y en consecuencia, facilitar la inserción en un trabajo permanente. Así también entrega flexibilidad, pudiendo emplearse en jornadas parciales que le permitan desarrollar otras actividades como estudios o cuidado de la familia y hogar.
Por otra parte, en el cambiante mundo del trabajo, cabe preguntarse si acaso un contrato indefinido constituye un empleo permanente “per se”. Asegurar la permanencia laboral va de la mano con mantener la vigencia laboral, vale decir mantenerse actualizado con las competencias reales que el mercado laboral busca y valora. Por lo tanto, un trabajo que entregue experiencia, otorgue visibilidad y provea capacitación fortaleciendo las habilidades requeridas por las empresas, permite efectivamente desarrollar el capital humano y entrega una mayor empleabilidad. Eso es seguridad efectiva, y va mucho más allá que un contrato sin fecha de término, donde la seguridad de ese trabajador guarda más relación con el costo que representa su despido para la empresa que el valor real que puede aportar con su trabajo.
Un llamado entonces a cerrar las brechas y optar por los servicios transitorios que de manera altamente eficiente han sido desarrollados por las EST en nuestro país. Prueba de ello es que en 7 años de existencia, no ha sido necesario hacer efectiva la garantía constituida para cubrir obligaciones pendientes con los trabajadores. Una encuesta de satisfacción de los trabajadores puestos a disposición que realiza semestralmente a nivel mundial una de las empresas globales de servicios transitorios, obtuvo para Chile un contundente y significativo resultado: el 81% de los trabajadores declararon que recomendarían positivamente su experiencia a sus amigos y familiares.
